Aquí giran las agujas del tiempo y de la tecnología musical.
Celebramos los grandes hitos que marcaron un antes y un después en la historia del sonido grabado.

Cuando una aguja sobre un cilindro cambió nuestra forma de escuchar el mundo
Aunque el fonógrafo suele estar vinculado al nombre de Thomas Alva Edison, la historia de este invento es en realidad un viaje coral, poblado de ideas audaces y mentes visionarias.
Antes del fonógrafo: el sonido que se dibujaba
Édouard-Léon Scott de Martinville, en 1857, creó el fonoautógrafo, el primer dispositivo capaz de registrar vibraciones sonoras. Aunque no podía reproducirlas, trazaba ondas en papel ahumado o cristal con una aguja que respondía a las vibraciones de una membrana acústica. Era un testigo mudo del sonido.
En 2008, investigadores lograron reproducir por primera vez uno de esos registros: Au Clair de la Lune, grabado en 1860. Una grabación de apenas 10 segundos, pero con más de 160 años de eco.
Charles Cros: el visionario del sonido
En abril de 1877, Charles Cros presentó la idea del paleófono: una propuesta para reproducir los registros sonoros visuales. Aunque nunca construyó su invento, anticipó la idea central del fonógrafo. Una mente brillante, adelantada a su tiempo.
Thomas Edison y el fonógrafo

Ese mismo año, sin conocer los experimentos de Cros, Thomas Edison logró materializar el milagro: crear un aparato capaz de grabar y reproducir sonido.
21 de noviembre de 1877: Edison graba Mary had a little lamb.
29 de noviembre: Presentación pública.
19 de febrero de 1878: Patente registrada.
Los primeros fonógrafos usaban cilindros de cartón recubiertos de estaño, luego cartón parafinado, y finalmente cera sólida, que ofrecía mejor calidad y durabilidad.
¿Cómo funcionaba el fonógrafo?
El fonógrafo registraba las ondas sonoras transformándolas en vibraciones mecánicas. Un estilete (aguja) grababa esas vibraciones en espiral sobre un cilindro giratorio. Al reproducirlo, otra aguja seguía los surcos y vibraba, moviendo un diafragma que recreaba el sonido original, amplificado por un cuerno o, en algunos modelos, auriculares primitivos.

El nacimiento del gramófono y la industria discográfica
¿Y quién más participó en esta historia sonora?
En 1888, Emile Berliner introdujo el gramófono, que usaba discos planos en lugar de cilindros.
Ventajas clave del gramófono:
Impacto: esto impulsó el nacimiento de la industria discográfica moderna.
Soporte: discos de ebonita primero, luego gomalaca (más resistentes y con mejor sonido).
Reproducción masiva: a partir de una matriz, se podían fabricar copias idénticas a bajo coste.
Eldridge R. Johnson: la estabilidad hecha música
En 1895, Johnson fue contactado por la Berliner Gramophone para solucionar un problema crucial: la velocidad constante. Su motor de resorte marcó un antes y un después. Así nacieron los primeros reproductores estables y eficientes: los precursores del tocadiscos.
Fonógrafo vs. Gramófono: ¿Hermanos o rivales?
Aunque muchas veces se confunden, hay diferencias clave entre estos dos dispositivos:
1. El soporte de grabación:
- El fonógrafo usaba cilindros.
- El gramófono, desarrollado por Emile Berliner, utilizaba el disco plano.
Los primeros discos eran de ebonita, pero como no alcanzaban la calidad sonora de los cilindros, se adoptó la gomalaca, una resina que mejoró notablemente el audio y permitió grabaciones a 78 rpm.
2. El método de reproducción masiva:
El gramófono tenía una ventaja aplastante: permitía crear una matriz de grabación y producir muchas copias idénticas. El fonógrafo, en cambio, grababa una a una, lo que limitaba su potencial comercial.
El eco que cambió la historia
El fonógrafo fue mucho más que un invento: fue el principio de una nueva forma de sentir la música. Permitió conservarla, reproducirla, compartirla… y eso cambió para siempre nuestra relación con el arte sonoro.
Después llegarían el vinilo, el cassette, el CD, el MP3… pero ese susurro grabado en un cilindro de estaño sigue resonando.
La música es la aritmética de los sonidos, como la óptica es la geometría de la luz.
Claude Debussy
Susurros de una Tejedora

Cuando descubrí la historia del fonógrafo, no solo fue un viaje por la tecnología, sino por la emoción de capturar un instante sonoro.
Pensar que todo empezó con una voz infantil grabada en un cilindro me hace valorar cada formato musical como si fuera un relicario de recuerdos.Porque la música, al final, también es memoria. Y cada invento sonoro… es una nota en la partitura de la historia.… aunque sea a 78 revoluciones por minuto.
— Alma Sonora, Tejedora de Culturas – Deseada Rivero
